19 feb 2012

5. Jesse



Ey!
Yo!
Yo no puedo dejar de escucharte.
Tengo miedo de apagar el teléfono porque pienso
que quizás me estés llamando.
Sé que en algún momento el contestador dejará de hablar por vos,
porque así las compañías de celulares o
las baterías, las baterías que siempre se acaban cuando
más necesitamos que permanezcan
latentes,
de pie.

Ey!
Yo!
Yo tendría que haberte puesto una batería sin fin. Debería haberlo hecho
mientras dormías un día.
Cómo no lo pensé.
Soy un idiota.
Y ahora estoy gastando esta batería sabiendo
que no sos vos la que responde
que no podés porque la voz se te volvió
temblor suave para
hormigas que viven en cuevas
y se quedan chiquitas, tambaleantes,
esperando que pase,
como yo
que espero
que algo pase y te traiga
a la silla
que quedó sin cuerpo, al lado de la mía, frente al televisor.

Mañana cuando esté de pie
voy a hacer un holograma con tu nombre.
Lo haré antes de que tire la última colilla que dejaste
toda pintada de rojo en
el cenicero del auto.
Voy a hacer un holograma tuyo y uno mío.
Vamos a ser los hologramas más bellos del mundo.
Vamos a hacer de cuenta de que existimos y no existimos
y así
hasta que pasen todos los días en los que ya no estuviste
mientras yo
Ey!
Yo!
Ahora que estoy solo
pienso
que no sé qué voy a hacer con esta muerte,
no es algo que se cure con
rehabilitación.