
ese soñador gastado y roto
alimenta los flecos
de su ignorancia
acomoda sus lugares comunes
su cursilería dulzona
es la única salida, dice
y duerme feliz
en una constelación de ideas amarillas
de arrebatos lactomatinales
de brillos enanos
como fosforitos
es la única manera, juega
y alza su pensión
de estrellas innegociables
con los paraísos imposibles
de
todos los sabios.