¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!
¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y que más da...!
¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas de pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!
Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra!
César Vallejo
1 comentario:
Enmudezco. Me demudo. Y así siguiendo.
Si el cuerpo es la cárcel del alma, como querían los estoicos, a mí me tocó Siberia: en estos últimos treinta días pasé por una operación de vesícula y una gripe de 7 días con fiebre (y un desengaño amoroso, pero eso es de Crónica TV, no de Canal (a) )
Qué releí, entre otras mierdas que me regalaron y por deformación profesional tuve que padecer?
Sí, sí, sí. Al amigo César. Como tuve tiempo de sobra, sus obras completas, que adoro de inicio a fin, como un zombi idiota.
No estoy emitiendo ninguna opinión al respecto. Sólo me divierte constatar ciertas causalidades, o casualidades, as you like.
Baci.
A. (de Atónito)
Publicar un comentario