17 jun 2007



¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!

¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!

¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y que más da...!

¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas de pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!

Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra!

César Vallejo

1 comentario:

Inspeculum dijo...

Enmudezco. Me demudo. Y así siguiendo.

Si el cuerpo es la cárcel del alma, como querían los estoicos, a mí me tocó Siberia: en estos últimos treinta días pasé por una operación de vesícula y una gripe de 7 días con fiebre (y un desengaño amoroso, pero eso es de Crónica TV, no de Canal (a) )

Qué releí, entre otras mierdas que me regalaron y por deformación profesional tuve que padecer?

Sí, sí, sí. Al amigo César. Como tuve tiempo de sobra, sus obras completas, que adoro de inicio a fin, como un zombi idiota.

No estoy emitiendo ninguna opinión al respecto. Sólo me divierte constatar ciertas causalidades, o casualidades, as you like.
Baci.

A. (de Atónito)