Aquí yace quien sembró su cara
en las piedras caídas del Hogar de
Ancianos,
el jefe narco escondido
detrás del mostrador que expende pollo frito y
gaseosas.
Crecerán flores negras de esa piel,
de esos escombros.
Sus matones, apretadores, mozos, cajeros, yonkis, proveedores y cocineros
lo echarán de menos.
Sus muertos y esclavos no.
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