21 ene 2007

amor


amar a
creer en
y
una idea
engorda en el ombligo / sesos
a
la hora de amar en
creer a.


Jamás la cama poblada enrareció la pared con su cadencia,


ni
al hueco plano
de lo solo solo


ni a mí
a
esta puta hora / silencios.

3 comentarios:

Inspeculum dijo...

Esto está cada vez más afilado, más despojado, más sublimado.
Con las esquirlas sobrantes se podría escribir un tratado de tauromaquia.
En lo que quedó afuera podría descubrirse la ternura que uno no puede permitirse, tratándose de esta clase de amor.

rocío dijo...

afuera, la palabra se ramifica en destinos inesperados.

la dimension de lo no dicho musita una idea, mas alla de la intencion, y se vuelve inteligible.

habria que encontrar la forma de no decir nada. nunca nada. nada de nada.

Inspeculum dijo...

Me sigue provocando cierta perplejidad que los escritores deseen decirlo todo, o no decir nada.
Los ejemplos extremos parecen salir sobrando.
Me gustaría llegar al punto en que, a medio camino entre la osadía y la humildad, pueda decir algunas cositas que pueda sostener con el cuerpo.
Nada más, supongo.
O callar, definitivamente.