27 nov 2006

perro


Hubo un perro
en la casa de la familia
que había una vez

un perro
un habia / hubo
en el tiempo de la casa.

“Un perro que no se iría”.

Agotaba el instinto
en signos útiles:
alimento
terror
sexo
y
un gato
(que le procure el ejercicio de la idea de sí)

Hubo una vez
el perro en la casa sin familia
-para siempre-
el perro que no se iría
-jamás-
el que sabía
pedir
mear el arbolito
fregarse la lengua con la cara de turno
el que ignoraba
si la ficción del amor del amo hunde o redime
o
lo vuelve metáfora del gato
(para que alguien ejerza la idea de si)

No se iría -el perro que-
en el pueblo de la noche
gastó la puerta con un llamado inaudito:
puerta más puerta /noche de la cuna.

Hoy
la casa
-más sola que siempre-
ladra con la humedad del aliento del perro.
y se cae a cáscaras.
a lágrimas de adobe.
sobre las ruinas de la familia
/que había una vez.

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